Después de mi cirugía cardiovascular del 2020, tuve la grandísima oportunidad de volver a vivir. Todo fue posible gracias a muchos héroes anónimos que se unieron a mi causa: donar 1$, 2$, 5$ o simplemente compartir mi historia.
Así fue como gracias al poder de las redes sociales y contra todo pronóstico logramos lo que parecía imposible: mi cirugía a corazón abierto.
En estos cinco años aprendí a respirar de nuevo, a caminar, a subir escaleras, a bañarme sin
cansarme, a volver a a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, me enamoré de un hombre increíble y hasta me convertí en
mamá de Liah. Entendí que ¡sí se puede vivir con un corazón diferente!
El 19 de marzo del 2025 estuve internada cuatro días en UCI por una arritmía que casi me cuesta la vida. Los doctores tuvieron que sedarme para hacer una cardioversión y lograr que los latidos de mi corazón volvieran a la normalidad.
Fue una pesadilla estar internada lejos de Liah que en ese momento tenía apenas dos meses. Las noches eran eternas y le pedía a Dios que me sacara rápido de la clínica para volver a abrazar y sentir el calorcito de mi bebé.
Al salir de la clínica le escribí a mi cirujano Igor Donís, quien está en Colombia, para contarle todo lo que habia ocurrido.
Él me indicó una serie de exámene: holter, ecocardiograma y resonancia magnética.
Mientras me hacían los exámenes, le pedía a Dios que todo estuviera bien, por mi, por mi familia y por Liah. El miedo de no estar para ella me carcome el alma. Sé que si eres mamá puedes entender este sentimiento de querer ser eternas para nuestros hijos.
Pero lamentablemente los resultados arrojaron que la válvula tricúspide ha aumentado su insuficiencia hasta hacerse severa y eso ha ocasionado que la aurícula derecha también haya aumentado su tamaño.
Por eso, la indicación es que debo volver urgente a cirugía cardiovascular para realizar una nueva plastia tricuspídea o reemplazar la válvula. Y
además realizar una cirugía de arritmias para evitar que vuelva a ocurrir lo del 19 de marzo.
Me partió el corazón conversar con mi cirujano y entender que, por más miedo que tenga, lo mejor es volver a quirófano por segunda vez para realizar otra cirugía a corazón abierto.
El costo de ambas cirugías es de aproximadamente 20 mil dólares (sin incluir todos los gatos asociados) у deben hacerse con urgencia en Colombia, así como hace 5 años. Allá está mi cirujano y todo el equipo médico que conoce mi cardiopatía y toda mi historia médica. La Anomalía de Ebstein es una cardiopatía rara que no todos los médicos saben manejar.
Tengo un plazo de dos meses para realizar estos procedimientos. Esperar más tiempo empeorará la condición de mi corazón y puede pasar lo peor.
¿Te acuerdas del café que me invitaste en mi campaña del 2020? Estoy segura que si donas otra vez lo que cuesta un café en tu país y si le dices a tus amigos, conocidos, familiares y compañeros de trabajo que me inviten un latte o un mocaccino llegaremos a la meta en tiempo récord. Piensa que me invitaste a tomar un cafecito mientras yo te contaba mi historia.
Puedes encontrarme en Instagram como @genebetancourt19 si quieres saber más de historia.
Te pido que uses el botón en la barra derecha de esta página para dejar donaciones en fundraiser.
Mi mayor deseo es poder operar mi corazón para vivir unos años más y seguir estando con mi hermosa familia.
En este link puedes ver todos los estudios, informes y presupuesto:
https://drive.google.com/drive/folders/1Se8EkzPOZWMuT-G39IvLqfutGOnwKzim
English
My fight for life continues: your help can save my heart
After my heart surgery in 2020, I was given the incredible opportunity to live again. It was all made possible thanks to many anonymous heroes who supported my cause: donating $1, $2, $5, or simply sharing my story.
That’s how, through the power of social media and against all odds, we achieved what once seemed impossible: open-heart surgery.
Over the past five years, I’ve learned to breathe again, to walk, to climb stairs, to shower without feeling exhausted, and to enjoy life’s simple pleasures. I fell in love with a wonderful man and even became Liah’s mum. I discovered that it really is possible to live with a different kind of heart.
On 19 March 2025, I was admitted to the ICU for four days due to a severe arrhythmia that nearly cost me my life. Doctors had to sedate me and perform a cardioversion to bring my heartbeat back to normal.
It was heartbreaking to be in hospital, far away from Liah, who was just two months old at the time. The nights felt endless, and I prayed to God to let me go home soon so I could hold my baby again and feel her warmth.
After I was discharged, I contacted my surgeon, Igor Donís, in Colombia, to tell him everything that had happened. He asked me to get several tests done: a Holter monitor, an echocardiogram, and a cardiac MRI.
While waiting for the results, I hoped with all my heart that everything would be fine- for me, for my family, and for Liah. The thought of not being here for her is deeply painful. I know that if you’re a parent, you’ll understand the feeling of wanting to be there always for your child.
Unfortunately, the results showed that the tricuspid valve in my heart is now severely damaged, and this has caused my right atrium to enlarge as well.
That means I urgently need to return to heart surgery: a new tricuspid valve repair or a full replacement. I also need arrhythmia surgery to prevent another life-threatening episode like the one I experienced in March.
It was difficult to hear this from my surgeon and to come to terms with the fact that, despite the fear, I need to undergo a second open-heart surgery.
The total cost of both surgeries is approximately $20,000 (not including additional expenses). They must be done urgently in Colombia, just like five years ago. That’s where my surgeon and the medical team who know my condition and full history are based. Ebstein’s anomaly is a rare heart defect, and not all doctors are familiar with how to treat it properly.
I have about two months to complete these procedures. Waiting any longer could worsen my condition and put my life at serious risk.
Do you remember the coffee you treated me to during my 2020 campaign? I’m hopeful that if you can donate again -just the cost of a coffee in your country – and help spread the word among your friends, family, colleagues and networks, we can reach the goal in record time. Think of it as inviting me for a coffee while I share my story with you.
You can find me on Instagram at @genebetancourt19 if you’d like to follow my journey.
To donate, please use the button on the right-hand side of this page to give via fundraiser.
My biggest wish is to have this surgery, so I can live many more years and keep being present for the family I love so much.
